Cada vez hay más estudios científicos que demuestran la importancia de la salud intestinal. La alimentación que aportamos a nuestro cuerpo es clave para producir las sustancias (neurotransmisores) que mantienen a nuestro cuerpo “feliz”. Porque al igual que en el cerebro, en el intestino se producen neurotransmisores tan vitales como la serotonina, que regula nuestro estado emocional. Para los que estáis empezando, os informamos de que el 95% de la serotonina que se produce en nuestro cuerpo, se sintetiza en el intestino…¡casi nada!
Hoy vamos a hablar de la barrera intestinal y su microbiota.
Necesitamos una mucosa intestinal sana, sin perforaciones, donde la microbiota (los famosos probióticos o bacterias intestinales) que nos defienden de patógenos, puedan, literalmente, agarrarse.
Para la mucosa, requerimos de alimentos prebióticos, cuyas moléculas al ser digeridas por el sistema digestivo, sean pequeñas, para que la barrera intestinal no se perfore. Algunos ejemplos son el aceite de oliva de primera presión en frío, sin freír; azúcares y sales sin refinar; verduras; legumbres…lo que conocemos como prebióticos o alimento de los probióticos.
Y para la defensa de nuestro organismo necesitamos probióticos. Unas bacterias que habitan en el intestino defendiéndolo de virus y bacterias nocivas para la salud.
Un ejemplo son las bifidobacterias, de origen humano, probióticos de cuarta generación que provienen de la microbiota de bebés y están revolucionando la medicina moderna. Las bifidobacterias habitan en el colon, previenen tumoraciones, ayudan a la digestión y son grandes aliadas para la prevención de alergias de cualquier índole.
Los probióticos presentes en yogures o en cápsulas tradicionales sin refrigerar, son de origen animal y se encuentran en su mayoría muertas cuando las ingerimos.
Pero la ciencia sigue avanzando y existe algún laboratorio con el que trabajamos que hace un par de años comenzó a implantar probióticos de cuarta generación.
Esos probióticos provienen de la flora sana de bebés que aún no se han visto expuestos a tantos químicos, transgénicos, tóxicos y radiación electromagnética como los adultos. De esas bacterias presentes en sus deposiciones, se aíslan las mejores cepas en laboratorio, se reproducen, y así pueden llegar a nuestras floras intestinales.
Con una buena alimentación y con una correcta reimplantología de la flora intestinal, la recuperación de muchas patologías es más que posible.
La medicina alternativa sigue avanzando y va con fuerza.
Pide cita en el centro y te asesoraremos.
Pilar Manero Tornil
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